que los dìas pasen a mi lado
no sin horadar mi carne.
Que la risa emerja
en miriadas hacia el mar.
Permitirè
que el tiempo entre en mi casa
hasta anidarse.
Que broten en mi piel
el trigo, la vid y la amapola.
Esperarè
que lluevan las palabras
en las hojas.
Que el bàlsamo de tu piel
me unja.
Que la vida -prolija-
me exima.
1 comment:
Ya hacía falta algo más de poesía, amiga.
Un abrazo fantabulásticamente grande.
Es muy factible que pronto ande en tus tierras por motivos de trabajo. Ya sabrás de mí si eso sucede. ^_^
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